domingo, 4 de septiembre de 2011

Septiembre

Septiembre, ya estás aquí. Nunca te lo he dicho, pero estoy segura de que te habrás dado cuenta de que siempre me has gustado. Te has ido convirtiendo en mi amigo, mi aliado, mi cómplice, con el paso de los años. En los últimos tiempos, contaba con esperanza los días que faltaban para encontrarme contigo, para que caminásemos juntos hacia el final del verano. Julio y agosto me asfixiaban, con ese calor insoportable y esos días sin noche, tan largos que parecía que no fuesen a tener fin.


Septiembre, no sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí: me liberaste de mi cárcel de granito; me diste alas para volar a mundos fantásticos, de castillos encantados, gaitas y monstruos en los lagos. Pero ahora todo es distinto. Ya no soy aquella niña que tachaba los días en el calendario, que soñaba despierta con pizarras y libros. Es verdad que la ciudad dorada me espera un año más, pero ya no me sentaré en los bancos de sus aulas históricas.


Septiembre, no sabes cómo lo siento, pero no puedo seguir contigo. Pretendes arrebatarme lo que julio y agosto han hecho mío. No llores. No eres tú; soy yo, que he crecido...

1 comentario:

Cañonesymanzanas dijo...

Me ha gustado mucho :)
Pero tranquila... que quizá lo que hoy te quita, te lo devuelva más tarde!